
Un enfoque innovador sobre las adicciones
La Profesional Olga Inozemsteva desde 2006 se dedica al estudio de los procesos cognitivos relacionados con las conductas adictivas.
En la Master Class que ofreció a través de Wumbox explicó cuál es la relación entre las funciones ejecutivas y las adicciones.
– ¿Nos podría contar en qué está trabajando actualmente, qué temas está investigando?
– Inicialmente trabajé tanto con las funciones ejecutivas que están implicadas en la conducta adictiva, como con las consecuencia del consumo, o sea, el deterioro cognitivo de las funciones ejecutivas asociadas al consumo de sustancias. Actualmente estamos más enfocados en el control inhibitorio, una de las funciones ejecutivas, cómo participa en la adquisición, mantenimiento y recaídas en las adicciones. Es decir, cómo funciona el control inhibitorio en las fases de la conducta adictiva. No solo estudiamos las adicciones a sustancias, sino también las adicciones conductuales, como la ludopatía y el consumo problemático de internet. Lo que nos interesa estudiar es la prevención de las adicciones y entender desde el punto de vista de los procesos cognitivos por qué surge la adicción.
– Todos nosotros estamos expuestos a sustancias y a conductas de riesgo, pero no todas las personas se vuelven adictas. Entonces, ¿qué mecanismos o qué características tiene que tener una persona que lo hacen adicto?
– Las conductas adictivas están iniciando cada vez más temprano. Las adicciones están comenzando en la adolescencia. Trabajamos con los adolescentes tratando de descubrir cuáles son los factores de riesgo para la conducta adictiva.
– Hablaste al principio de “funciones ejecutivas”, ¿cómo las definirías? ¿Cómo se relacionan con el aprendizaje y con la vida cotidiana?
– Podemos definir las funciones ejecutivas como habilidades cognitivas de alto nivel que permiten a las personas organizar su funcionamiento cognitivo, es decir funcionar de una manera organizada, planeada y al mismo tiempo regular su conducta. Se habla de dos tipos de funciones ejecutivas: las frías y las calientes. Por una parte, las funciones frías nos permiten planear nuestras actividades, cambiar de estrategia si la misma ya no resulta efectiva, la memoria de trabajo nos permite retener información para que podamos procesarla. Todas estas habilidades nos sirven para ser más eficientes desde el punto de vista del funcionamiento cognitivo. Y por otro lado, las funciones calientes son las que nos ayudan a la autorregulación, a suprimir los impulsos y a regular la conducta. Una de las características de las personas con adicciones es que les cuesta mucho trabajo controlar su conducta, suprimir el impulso de acercamiento a la droga o con el objeto de la adicción, con los estímulos altamente recompensantes. Las funciones calientes son las que nos ayudan a controlar nuestro comportamiento ante los estímulos altamente motivantes.
Los adultos sabemos que en algunas situaciones podemos expresar cómo nos sentimos y que en otras no. Eso se debe a cierta maduración del sistema de las funciones ejecutivas. Como dijo M. Lezak, las funciones ejecutivas son aquellas capacidades que ayudan a la persona a demostrar el comportamiento adecuado y socialmente aceptable. A mí me encanta esa definición, engloba todas estas capacidades que sirven para regular nuestra conducta, para que esa conducta sea socialmente aceptada.
– ¿Cuáles son los casos en los que las funciones ejecutivas se ven alteradas?
– El funcionamiento ejecutivo está notoriamente alterado, por ejemplo, en los niños con déficit de atención (TDAH por sus siglas en inglés). En los niños con síndrome de Down o con trastorno del espectro autista, la alteración de las funciones ejecutivas es muy notoria. Estos niños reciben una educación especial. El problema de los niños con TDAH es que son niños “típicos”, que reciben la misma educación que sus pares, pero no pueden prestar atención, no se pueden concentrar, no pueden seguir una consigna, se olvidan de las tareas o no las terminan, porque justamente lo que está afectado en el TDAH son las funciones ejecutivas. Muchas veces estos niños no son comprendidos o son maltratados porque no obedecen. Entonces aquí es muy importante entender cuál es el problema de cada niño y tratar de ayudarle de acuerdo a su trastorno.
Los niños con retraso mental también tienen alteradas las funciones ejecutivas. Se trata de un deterioro generalizado de la actividad cognitiva, lo ejecutivo y lo cognitivo está alterado.
También podemos detectar el deterioro en el funcionamiento ejecutivo pen la esquizofrenia, en el trastorno obsesivo-compulsivo, cuando la persona no puede inhibir sus acciones por una desesperación, una ansiedad de realizar cierta acción, estos son problemas del control inhibitorio que es parte de la función ejecutiva.
– ¿Cómo afecta la alteración de las funciones ejecutivas el aprendizaje?
– En el caso de los niños con TDAH, presentan dificultades para prestar atención y para organizarse, pero el problema es que estos trastornos suponen un funcionamiento alterado de las funciones básicas que sostienen casi todos los procesos cognitivos. Entonces si un niño tiene dificultades en la memoria de trabajo, tendrá también dificultades para entender un texto. Cuando leemos, no lo hacemos comprendiendo cada palabra, sino que comprendemos el sentido de la oración completa: primero tenemos que comprender las palabras, luego agregarles la morfología (si está en futuro, en pasado en presente, si es hombre, mujer, animal), luego captar también si hay algún doble sentido. En este proceso de comprensión interviene la memoria de trabajo, que está íntimamente ligada con el aprendizaje de la lectura y escritura.
Otra cuestión muy importante es que para que se dé adecuadamente el aprendizaje escolar, el niño tiene que llegar a cierto nivel de maduración, tanto del sistema nervioso central como de los procesos cognitivos precursores del aprendizaje. Estoy hablando de la maduración de las áreas sensoriales terciarias, como nosotros más le llamamos, que permite el inicio del desarrollo de las funciones abstractas, simbólicas. Los niños entran en la escuela primaria a los 6 o 7 años, dependiendo de cada país. Esto no es arbitrario, es porque se supone que a esa edad esa área terciaria, que es el temporal parietal occipital, llega a cierta madurez que permite reconocer y entender el simbolismo, que un sonido se puede distinguir en el lenguaje y convertirlo en un grafema, y grafema es un código totalmente abstracto para un niño. Antes de esa edad las capacidades de un niño no dan para eso que está asociado al desarrollo del funcionamiento ejecutivo, que es gradual y cada función tiene su ritmo de desarrollo.
– ¿Se pueden entrenar las funciones ejecutivas, ya sea para aprender mejor o para prevenir adicciones?
– Sí, se puede entrenar, y ver sus frutos en cualquier actividad que esté asociada al funcionamiento ejecutivo: aprender, trabajar, moverse socialmente.
En cuanto a las adicciones, yo creo que la prevención está relacionada con el entrenamiento de las funciones ejecutivas, pero no solamente con eso. Las adicciones tienen tres etapas: la de adquisición, la del mantenimiento, la del desarrollo de la conducta adictiva, y la de rehabilitación, aunque se trata de enfermedades crónicas, de las que uno jamás se cura. Sí, se puede controlar, y eso es lo que hacemos en los centros de rehabilitación donde trabajamos, entrenamos a los pacientes para que controlen sus conductas adictivas, pero siempre habrá factores y circunstancias peligrosas para la recaída.
Cuando hablamos de prevención, estamos hablando sobre etapas muy tempranas del desarrollo de las personas, estamos hablando de la adolescencia. En esas etapas la adquisición o prevención de las conductas de riesgo, incluyendo las adicciones, es multifactorial. Los factores más determinantes son el familiar y el social. Y yo creo que más que nada el factor social, porque en la adolescencia lo más importante son los pares, porque los padres empiezan a perder su autoridad, su lugar de referentes. El referente en la adolescencia es el grupo. Por pertenecer al grupo ellos muchas veces imitan las conductas de sus amigos, que puede que sean buenas o peligrosas.
La familia también es importante como factor de prevención. Los valores que se inculcan a los niños, los modos de abordar las emociones son importantes, porque son precursoras para el desarrollo adecuado del funcionamiento ejecutivo para prevenir o predecir las consecuencias de sus actos y regular su conducta ante determinados riesgos. Existen otros factores que también influyen, como la pobreza, que van de la mano de los factores anteriores. Una familia pobre que no tiene acceso a orientación escolar, a actividades extraescolares donde los niños y niñas puedan volcar sus intereses, tienen más riesgo de que sus hijos caigan en adicciones.
Ahora estamos estudiando la relación entre el Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y las adicciones, porque estos niños generalmente empiezan el consumo de sustancias más tempranamente. Nosotros decimos que hay que retrasar todas las conductas relacionadas con el consumo de algún reforzador para garantizar que tengan la madurez suficiente para regular sus conductas ante este tipo de factores. Estos niños y niñas tienen más problemas también con la etapa de rehabilitación, por su misma impulsividad y falta de autorregulación. Nosotros estamos investigando esto desde el punto de vista conductual, pero también genético porque si bien hay mucho acuerdo acerca de la relación que hay entre TDAH y adicciones, no hay tantos estudios sobre el componente genético.
– Respecto del uso problemático de internet, ¿cómo afecta a las funciones ejecutivas y a los procesos de aprendizaje?
– Todavía no hay estudios suficientes, porque es un fenómeno reciente. Lo que sí podemos decir es que afecta indirectamente, porque si un niño pasa demasiadas horas frente a la pantalla y se desvela, o si recibe mensajes que no puede interpretar, esto sí va a afectar las funciones ejecutivas.
Nosotros estamos terminando un estudio con el Laboratorio en el que tratamos de identificar los rasgos que podrían indicar que el uso problemático de Internet podría ser una adicción, porque aún no se ha establecido que sea una adicción, a diferencia de la ludopatía que sí se ha probado que es un trastorno adictivo y se lo ha incluido en el DSM-5. En el CIE 11 (Clasificación Internacional de Enfermedades) se ha incluido el trastorno por videojuegos como una adicción conductual, pero no el uso de Internet.
Yo creo que Internet actúa como un reforzador, y en ese sentido habría que retrasar el contacto lo más que se pueda en edades tempranas. En nuestros tiempos no se puede, porque casi todo se hace a través de Internet. Entonces es importante el uso controlado por los adultos que actúa como un factor regulador clave.
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